La desinformación que a veces existe puede llegar a poner en peligro el bienestar de las poblaciones, como ahora les voy a ejemplificar:
Estábamos algunos compañeros y profesores de la escuela en un viaje de colecta en una laguna de Hidalgo. Navegando por la orilla dio la casualidad que encontráramos un pez muerto, una carpa, pez que fue introducido en este y muchos lagos del país como apoyo a la nutrición de la población, con sus consecuencias sobre la fauna local. Hablando con el hombre que nos llevó en lancha, éste achacó la muerte a una garza. ¿Sus motivos? el pez estaba en apariencia ileso, salvo una pequeña herida en el costado. El hombre nos contó que las garzas comen únicamente los ojos de los peces, dejando pudrir el cuerpo, de forma que dañaban las poblaciones de peces para alimentación. Nunca se le ocurrió que la contaminación, o el roce de un perdigón (en esta zona se practica la cacería deportiva de aves) hubiera podido acabar con la vida de este pez.
Este lago posee manchones de vegetación acuática, la mayoría tule, el cual crece desde el sedimento de lago y sobre éste sirviendo de refugio a la fauna acuático. En ese mismo lugar, durante otra ocasión, vimos unos manchones de tule quemados, preguntando al lanchero, éste nos respondió que quemaban el tule para acabar con las ratas. -¿Ratas?- preguntamos. El señor nos dice que a veces se ven ratas entre los tules, y que éstas se comen los huevos de las aves acuáticas. Así que para que no hallan ratas, queman el tule.
Comentarios como estos nos dejan asombrados, sin embargo la gente del lugar sigue haciéndolos puesto que es algo que han hecho (u oído) durante años.
Algunas veces la propia lógica de la situación nos pone en alerta, por ejemplo, en el caso de la quema de tule, de inmediato viene a la mente la serie de perjuicios que puede tener esta quema. En primer lugar, el tule es el hábitat de muchos organismos, no solo las ratas, sino los nidos de las aves y las propias aves se encuentran ahí. Una quema puede destruir los nidos existentes además de acabar con algún ave que haya sido sorprendida por el fuego, otros animales, como zorrillos, pueden morir atrapados por el fuego, este además puede terminar con el oxígeno en una parte del lago y asfixiar algunas especies, y las cenizas modificar la química del agua en esa pequeña parte. Ahora bien, si estamos hablando de ratas, antes que nada debería hacerse una identificación de éstas, aunque a los lugareños les parezcan iguales a las domésticas, puede que sea una especie nativa con su propio papel en el ecosistema y que, por principio, se debe respetar su existencia.
Ahora, volviendo a las garzas, les mando esta foto de una garza, tomada en ese mismo lugar, la cual se está tragando completito, un buen pescado.