Los fósiles de dos esqueletos, desenterrados en una cueva de Sudáfrica, y presentados hoy a nivel mundial, se han convertido en piezas claves para conocer mejor la evolución del género humano. Se trata de una nueva especie, bautizada como 'Australopithecus sediba', que vivió hace dos millones de años y comparte rasgos muy evolucionados con otros primitivos.
El 'A. sediba', según sus descubridores, fue un homínido bípedo que caminaba de forma muy evolucionada, casi como un 'Homo erectus', que ya se incluye sin dudas en nuestro árbol evolutivo, pero cuyo cerebro era muy pequeño (440 centímetros cúbicos). También tenía los brazos muy largos y fuertes manos, lo que indica que aún se manejaba muy bien en los árboles.
El hallazgo tuvo lugar en una cueva de Malapa, en un lugar llamado 'Cuna de la Humanidad' por la Unesco. Los paleontólogos encontraron los esqueletos parciales de dos homínidos, un varón de unos 10 años y una hembra de entre 20 y 30, que estaban articulados y conservados en un estado excepcional.
Los científicos, dirigidos por el paleontólogo sudafricano Lee Berger, creen que entraron en la cueva en busca de agua y cayeron en un pozo interior, lo que impidió que fueran devorados por carnívoros. Junto a ellos, había también restos de otros animales, como conejos, antílopes o roedores.
Berger reconoce que no es posible saber si este 'Australopithecus sediba' (que en el idioma Shoto significa 'fuente' o manantial'), está en el árbol evolutivo humano, pero destaca que amplia el número de candidatos que hace dos millones de años habitaban este planeta y pueden ser antepasados de nuestra especie. Otros serían el 'Homo habilis', el 'Homo rudolfensis' o el 'Homo georgicus'.
La teoría que toma fuerza a la luz de estos hallazgos argumenta que la evolución fue un camino lento en que la hubo muchas especies de homínidos, ensayos de uno de los cuales salió nuestro antepasado.
Berger, de la Universidad de Witwatersrand, en todo caso, apunta que estos fósiles son fundamentales para entender el tránsito de los árboles al suelo, que ya inició el 'Australopithecus afarensis', la famosa 'Lucy', un millón de años antes. "Esta nueva especie parece presentar un mosaico de características, demostrando un animal a caballo entre ambos mundos", concluye.
El descubrimiento se produjo en el verano de 2008. El primer fósil fue localizado por azar por el hijo de Berger, Matthew, de 9 años, cuando paseaba con su padre por una de las 500 cuevas de la región para comprobar cuál era una buena candidata para ocultar restos de homínidos.